Todavía parece un poco nerviosa por la presencia de la cámara, a pesar del sol reflejándose en ella. ¡Leila, 37 años, viene directamente de Borgoña para afrontar un nuevo desafío que la hace temblar desde hace mucho tiempo! Trabajada en el sector hotelero, lleva una doble vida y le encanta lucirse delante de su webcam por las noches. Cuando sus compañeros llegan para hacerse cargo, su timidez desaparece para dar paso a la mujer traviesa que quería mostrar a todos.