Mi madre piensa que soy una buena niña y no quiero reventar su burbuja, así que mantengo la fachada siempre que puedo. Hoy, ella me llama cuando estoy a punto de hacer una deliciosa mamada, pero eso no me va a retrasar. Muestro mis pezones rosados mientras hablo con ella por teléfono. Luego, me pongo de rodillas y deslizo la gruesa polla de mi hombre entre mis labios para chuparla sensualmente. Mi madre cree que estoy saliendo con una vieja amiga mía, pero realmente me encanta saltear la clase y que me follen las tetas… Cariños, Eva Elfie.